EVOLUCIÓN II. El disléxico de farmacia
Bueno amigos, siguiendo con estos profundísimos estudios sobre subespecies que surgen de la actualmente llamada "humana" (homo sapiens sapiens), me dispongo a abordar el análisis de otro grupo que va o bien a la extinción, o bien a una especie de superevolución que, por acumulación de mutaciones, puede llevarlos a niveles jamás soñados por el hombre: me refiero al disléxico de farmacia, ese tipo o tipa, que no se entera de nada cuando el asunto se refiere a medicinas y que sufre verdaderas dificultades a la hora de pronunciar palabras de origen científico de más de tres sílabas que, a qué negarlo, son una verdadera putada.
En mi paso de juventud por la visita médica conocí anécdotas geniales: gente que se ponía el supositorio con la funda puesta o la de aquella abuelica que fue a ver a un médico amigo mío que le había prescrito dos couldinas cada seis horas y le dijo: "mire D. Vicente, yo le tengo mucha fe , pero es que nada más meterme las dos pastillas en la boca, comienza a salirme espuma, me lloran los ojos y de pocas me ahogo".....
Bueno, al margen de abuelas rabiosas y efervescentes, el tema que nos atañe es el siguiente: un tipo ha recogido en un libro esas cosas raras que la gente pide en las farmacias confundiendo principios activos, jugando con fuego y poniendo en peligro sus propias vidas: por poner un ejemplo, hay aguerridos pacientes que han llegado a pedir "supositorios de nitroglicerina" , imaginaos el efecto, o peor, un pedo de esta gente.
Hay que romper una lanza en favor de los mancebos de farmacia, otra subespecie humana, que curan más que los médicos, que sufren su ilegible caligrafía y que tienen que traducir del "swahili" las cosas que algunos clientes demandan como "agua exagerada", que debe ser andaluza, "calmantes contaminados" en lugar de los más benignos vitaminados o Peter Pan, en lugar de Primperán.
Otros distinguidos clientes han llegado a pedir la famosa pomada "Trono del Cid" en lugar de Trombocid, quizá por eso de las hemorroides y la afición del Rodrigo Díaz de Vivar a pasar horas y horas a caballo. Los hay que en lugar de Seroxat piden "sexo oral", que a mi modo de ver, es un aún mejor antidepresivo. Completan el elenco de brillantes pacientes,aquella individua que pedía "la píldora del día después" una semana después de haber hecho Seroxat, perdón, el amor, y aquella abuela que quería algo para fumigar al temido gusano "Tiquis miquis", vamos, el Anisakis.
No hay remedio, amigos
Pd.- próximamente hablaré de otros sufridos traductores, los libreros, que deben interpretar peticiones de los clientes tales como "El pellejo el bombo" por "La piel del tambor", o la celebrada las "Las columnas del mundo " por "Los pilares de la tierra".
PdII.- en la foto de archivo, Doña Adelaida Rocamora, retirando "sexoral" y "suero psicológico" así como multitud de pastillas para ponerse ciega.
Seguiremos informando.
Comentarios
Genial!!.
Eva
Eres genial, Jero!!!
Besotes