MORIR MATANDO
Bueno amigos, he descubierto a un nuevo e interesante objeto de estudio para Demasiado Perro Antropología: Sergey Tuganov se llamaba el pavo.
Se llamaba, sí.
Descanse en paz.
Este ciudadano soviético hizo una apuesta con dos amigas. Consistía en proporcionar placer a esas dos hijas de la extinta Unión Soviética durante nada menos que doce horas.
Toma ya !!!
Antes de encerrarse con las dos jóvenes, Sergei hizo trampa: sabiendo que ni siquiera los murcianos somos capaces de mantener una erección durante doce horas se puso ciego de Viagra.
El pobre hombre, mecánico de profesión, podía ganar los 4000 euros de la apuesta, a más de pasarse doce horas de fiesta con dos walkirias por no hablar de lo mucho que iba a subir su cotización en el mercado del sexo de su pueblo. El premio era suculento y bien merecía el riesgo.
Cumplió como un jabato, ganó la puesta, pero no vivió para disfrutarlo.
Sergei Tuganov, el Custer ruso del sexo, el Cid de la pastillica azul, el kamikaze del tálamo, murió de infarto por sobredosis de Viagra tras completar la apuesta.
Según dicen en el pueblo, las amigas, muy apenadas durante el sepelio, no podían disimular la cara de satisfacción tras una noche de relajo como aquella. El Australopithecus Erectus hizo su trabajo. Algunos colectivos feministas han hablado de selección natural, ya se sabe, los más tontos no sobreviven. Pero que le quiten lo bailao.
Murió matando.
Descanse en paz.
Comentarios
toma nota que ya tienes una edad
Saludos,
Pedro de Paz
Qué fenómeno.