ESCLAVITUD, DESIGUALDAD Y AMIGUISMO


El otro día vi los Miserables, la película de Tom Hooper basada en la obra homónima de Víctor Hugo. Me encantó, todo hay que decirlo. Pero no pude evitar las comparaciones con la actualidad al visionar  los fragmentos de la obra que hacen referencia a la revolución del 1830. Mi mente también voló al 1789 y recordé aquellas famosas premisas de “Libertad, igualdad y fraternidad”.  Mientras que veía las imágenes y escuchaba la extraordinaria banda sonora sentí admiración por aquellas gentes que, con un par, se enfrentaron a una oligarquía que se lo había montado de puta madre. Que tenían machacado al pueblo, emponzoñado en la pobreza y que vivían como auténticos príncipes mientras que exigían al ciudadano de a pie mil y un sacrificios. Unos impuestos numantinos, un aparato del Estado impío y mucha, mucha gente sufriendo. Unas clases dirigentes fuera de la realidad, viviendo a tope  y los pobres pagando el pato. ¿Les suena? Hemos vivido el “Debate del Estado de la Corrupción “ en el Congreso y mientras que nuestros políticos se lo llevan a manos llenas vemos a parejas de ancianos suicidándose y gente quemándose a lo bonzo por problemas económicos. Aquellos “miserables” tuvieron más pelotas que nosotros. Crearon una Francia mucho mejor mientras que nosotros, bovinos y acomodados, aguantamos lo que nos pasa. Espero que algún día despertemos de este sistema que nos han dado de  “Esclavitud, desigualdad y amiguismo” para tener , de verdad, “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.

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