ESPAÑA, A QUIEN CORRESPONDA



Creo que la selección española es una de las mejores del mundo. Es más, creo que no me equivoco si afirmo que es la mejor. Da gusto ver a un equipo cuya vocación inequívoca por tener la pelota, el amor al juego del toque, te hace disfrutar de este deporte como ningún otro equipo puede hacerlo. Pese a los errores, con Portugal, el equipo tuvo momentos muy muy brillantes y me siento orgulloso de ver que tenemos un equipo que potencia y ama el fútbol vistoso. Ahora. Desde que ganamos la Eurocopa de 2008 metemos miedo precisamente por esa capacidad de tocar y tocar sin descanso. Ya en el Mundial de 2010 vimos que todos- absolutamente todos- los equipos, salen a encerrarse, porque saben que si tocamos, tocamos y tocamos, van a terminar reventados de correr tras el balón, con dos expulsados y cuatro chicharros en su meta. Así que, ¿qué nos hacen? Se meten con once tíos en el área. Esto es algo que hasta hace uno años, no se había visto. No es que nos pongan el autobús, es que nos hacen "la táctica del murciélago", once tipos colgados del larguero. Cuando tu tienes a once hombres metidos en el área, por muy bueno que seas, por muy bien que toques, es imposible entrar con el balón controlado hasta la línea de gol. Es imposible. No hay sitio. A mí me gusta el fútbol inglés que, dicho sea de paso, está a años luz del nuestro a nivel técnico pese a que han mejorado mucho. Yo no creo que España deje de jugar a lo que sabe, pero, ¿qué tal si cuando están encerrados nuestro rivales intentáramos algo más directo? No podemos llegar a línea de fondo y dar el pase de la muerte con esa superpoblación de defensas en el área, seamos realistas. Por eso, sin renunciar a nuestro juego de toque, echo mucho de menos algún disparo desde fuera del área, algún centro a la cabeza de Diego Costa o que saquemos los córners aprovechando lo que son, ocasiones manifiestas de gol. Croacia, que jugó un partidazo ante Argentina, demostró aunar ambas cosas, técnica, mimo y a la vez, verticalidad ante el marco contrario. Creo, que deberíamos - aunque suene mal- "echar algún balón a la olla". Podría ser la forma de romper el  cántaro y luego, ya los podemos reventar tocando. No quiero que juguemos como los ingleses, quiero que juguemos tocando, pero ser un poquito más directos en ocasiones nos vendría de perlas. Porque ojo, todos los equipos nos van a jugar así, a lo Irán, y eso es insufrible.

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