NORSEMEN y una reflexión política

 

 

 Hola familia, os quiero hablar de una serie que creo ha pasado un tanto desapercibida y que merece la pena comentar. Se trata de Norsemen, una serie que podéis encontrar en Netflix, desarrollada por los noruegos de NRK1. Ya os aviso, un despiporre. Es una parodia de vikingos, con una excelente manufactura, mejor ambientación, vestuario y casting, pero en una comedia. Porque Norsemen es una comedia brillante con diálogos inteligentes, lúcidos, parodia a este nuevo género que me encanta de series sobre aquellos bárbaros del norte y nos recuerda por momentos a lo mejor de los Monty Python.

Es descacharrante verte hablar a estos pedazo de animales como si fueran influencers o académicos haciendo reflexiones sobre la moda y la cultura mientras que planean su próximo saqueo. No os la podíes perder. Manufactura excelente y humor inteligente, ¿qué más se puede pedir?

Pues hay más: a lo largo de la serie podemos comprobar que no sólo es una brillante parodia sobre los clichés de un género que ya se abre paso en las plataformas de streaming sino que lo es también sobre muchos aspectos de nuestra sociedad como, por ejemplo, la política. Y aquí donde aparece nuestro personaje, Orm.

                         Aquí, el pájaro, que al que suscribe le recuerda a más 
de uno y más de dos.

Este personaje está magistralmente encarnado por Kare Conradi y es un zote, un idiota, un ganduleras al que nadie respeta en el poblado y que, debido a la suerte y a sus miserables manejos, acaba siendo el jefe del mismo. Es un inútil, un vikingo que no sabe pelear, que carece de habilidad alguna, no tiene oficio conocido, no es artesano y encima es, literalmente, un imbécil, al que todos aguantan porque es hermano del jefe, punto.

Pues bien, este incompetente ¡llega a jefe! y a partir de ahí las medidas que toma, las idioteces que se le ocurren, las sandeces que lleva a cabo van agotando la paciencia de los pobres que soportan su gestión. Y fue en ese momento cuando dije: ¡coño, como nosotros! Y ahí es cuando me paré a pensar y  repasé mentamelmente a la mayoría de los líderes políticos que rigen nuestro destino a nivel regional, en Murcia, y algunos a nivel nacional.

Salvo muy honrosas  excecpciones - cito a los alcaldes de Murcia y Archena, ex rector y odontóloga en ejercicio- comprobé que ninguno de los políticos que nos gobiernan en Murcia han sido estudiantes brillantes, ni se han licenciado en universidades de prestigio, ni se han distinguido por ejercer o destacar de manera resaltable en profesión alguna. Es más, es que no tienen oficio ni beneficio. Sé que soy un idealista pero la paradoja que nos presenta Norsemen es que deberíamos nombrar como líderes a aquellos tipos más listos, más aventajados, más preparados y no a un Orm, el tonto del pueblo. Ojo, tonto pero con mala leche.

¿Cuál es el nivel de nuestra clase política? Repasemos: muchos de ellos acaban las carreras cuando ya están bien metidos en política-sospechoso ¿no?- en universidades privadas de poco prestigio, hacen tesis que son cuasi plagios o cursan másteres a los que ni asisten. Ninguno ha destacado en la empresa ni ha aprobado unas oposiciones del grupo A. ¿Qué han demostrado saber hacer? NADA. Y nosostros les dejamos administrar presupuestos de 10.000 millones, de 12.000 de 14.000 ¿Quiénes son los tontos? ¿Ellos o nosotros? Vean Norsemen, les va a gustar , se van a reír y les dará qué pensar.


 


Comentarios

ebenezer ha dicho que…
Ese Orm debe ser una parodia de Pedro el Tonto, doctor Cum Fraude.

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